¡Buenos días!Sergi Barcheeelo escribió:
Raquel, ahora el trabajo es tuyo para decirnos el porque de esta canción...
Cuenta, cuenta....
Cuento, cuento...
¿Pues sabes que no sé cómo explicarlo...?
En realidad creo que es más las imágenes o recuerdos que enmarcan todo lo que iba pasando con esa canción, las situaciones a mi alrededor y mis propios estados de ánimo, que algo que pueda tener en sí mismo un hilo descriptivo y narrativo coherente.
Ya había comentado que el sentido o lo que expresa para mí la canción "LADY" era el no rendirse. Ése es su significado desde entonces. Ni siquiera atiendo bien a lo que dice la letra. Me encantaría poder describiros como hace José luis cómo veo yo en esos cambios que va marcando la melodía lo que son los procesos de INSPIRACIÓN y CREACIÓN. De probar y probar, rectificar, seguir buscando un toque especial, conseguir que dos elementos armonicen bien, etc... Ya veis, una locura que se hace muy difícil de resumir y explicar de una forma ordenada.
Recordáis que me tuvieron que operar pocos días antes de Noche Buena y Navidad. Las dos piernas, así que tenía que estar inmóvil. Y además hacer reposo absoluto. (¡Vaya cosas de pedirle a Raquel! )
Yo quería estar bien. Me negaba a admitir que no podía hacer las cosas que yo siempre hago en Navidad.
Así que, por lo pronto, me empeciné en cocinar un plato -aunque sólo fuera uno- para la cena de Noche Buena. Yo mentí "un poquito" al principio, y decía que no, que no iba a hacer nada, una tontería sólo, para distraerme un ratito... Al menos, así no me ponían impedimentos. Pero lo cierto es que mi idea era preparar un auténtico "bombazo" para el paladar.
Lo difícil era discurrir qué poder hacer para tantos y sin poder moverme prácticamente.
Y empezó la broma conmigo misma. Yo siempre decía (y digo) entre risas: "soy una McLaren, y con una McLaren no se puede fácilmente". Por lo tanto, ese plato tenía que ser como una evolución del MP4-17D al 20 saltando los "desastres" del 18 (que no pasó las pruebas FIA) y el 19 que no fue bien.
Lo bueno fue que mientras andaba yo sola entre todas esas pesquisas hasta dar con algo, sonaba esa canción y de un modo inconsciente yo la repetía cada vez que acababa. Me ayudaba a "pensar", me ayudaba a reír tontamente, y me ponía muy contenta. La melodía me contagiaba y se ajustaba perfectamente al maremágnum de ideas y procesos que discurrían por mi cabeza.
Al final, ¡EUREKA!, me decidí: iba a hacer unos canelones especialísimos de langostinos napados con crema de nécoras. Era la combinación de varios platos distintos que ya dominaba y que sabía que siempre gustaban mucho, pero nada tenían que ver en uno que ni siquiera predecía cómo iba a resultar.
Y así fue. Tres días enteros encerrada en la cocina, probando, retocando, repitiendo porque había algo que no quedaba a mi gusto ( ) y empecinada por completo en que yo lo hacía como que me llamo Raquel.
Lo malo era que cuando venía mi padre o mis padres (mañana y tarde) a hacerme las curas, o venía alguien a ver si necesitaba algo y qué tal me encontraba, me caían unas broncas que ya podéis imaginar... Ufff... ¡Hasta por teléfono me reñían!
La canción fue la inspiración, mi compañía mientras trasteaba en la cocina, y no se despegó de mí hasta que por fin lo acabé.
Cuando probaron el plato todos cerraron la boca en silencio poniendo cara de deleite y, en lugar de broncas, recibí halagos.
Fin de la historia.
(Estamos en paz, SirGinho Y gracias porque me encanta escucharla de nuevo. )