Para tener un Auto Union de la Golden Era en principio me decantaba por uno de Bernd Rosemeyer o hasta de Achille Varzi pero, buscándolo, di con esta preciosidad que pilotó Nuvolari a la victoria en el GP de Italia de 1938 en Monza y no pude resistirme dada mi admiración por el mantovano. Es además una serie limitada de Brumm que viene con el piloto y su famosa camisa amarilla con la T y la N entrelazadas. Pienso ahora que debería haberme comprado un Tipo C que yo lo veo con un aspecto más típico de Auto Union, claro que eso son seguramente manías mías. A favor de este Tipo D hay que decir que fue con este modelo con el que Nuvolari se impuso en el GP de Donington ese mismo año del 38, una carrera también de leyenda pues contó con una de sus actuaciones estelares remontando hasta el liderato y volando una vez ya en él. Cuentan las crónicas que los ingleses quedaron alucinados viendo el nivel de los coches alemanes, que destrozaron a sus héroes locales, y especialmente del pequeño (y ya mayor) italiano. Como anécdota decir también que fue en esta carrera además cuando Nuvolari atropelló un ciervo durante los entrenamientos.
Pero, como digo, si por algo le tengo cariño a los Auto Union es por ser los coches del gran Bernd Rosemeyer. Para entendernos Rosemeyer fue el Gilles Villeneuve de los años 30, un piloto de talento puro, espectacular y muy simpático para las masas, siempre bromeando y sonriendo. Como muchos pilotos de aquellos años provenía de las carreras de motos y quizá por eso y porque en su carrera como piloto sólo condujo las bestias de Auto Union (motor V16 trasero) le parecía normal pilotar a base de derrapes con un estilo que dejó alucinado a todo el mundo en su primera carrera en el Nurburgring donde además luchó codo con codo con Nuvolari y Caracciola en su primera carrera allí. Y es que Rosemeyer fue un indiscutible Ringmeister, siempre destacó en todas sus actuaciones en el Infierno Verde. Pero entre ellas la carrera que le haría pasar a la historia fue el GP de Eifel de 1936. La prueba comenzó bajo la lluvia y se destacó como era de esperar Caracciola (era el mejor con lluvia, sin discusión) pero pronto tuvo que retirarse por problemas en el motor y Nuvolari heredó el liderato con Rosemeyer tras él. Cayó entonces una niebla espesísima y Rosemeyer adelantó a Nuvolari con pasmosa facilidad y siguió girando en los tiempos que había estado rodando hasta entonces (le metió alrededor de 30 segundos por vuelta a Nuvolari) mientras los demás levantaban el pie al no poder ver nada. Desde entonces le conocieron como Nebelmeister. Desgraciadamente, como Villeneuve, Rosemeyer tuvo una carrera meteórica pero corta y se mató demasiado joven intentando un récord de velocidad en enero de 1938. Al menos sí logró hacerse con el título europeo de pilotos de 1938 (lo que, entre nosotros, era como el título del mundo actual) además de ganar muchísimas carreras y conquistar a todos los aficionados de entonces.
El otro piloto de Auto Union por antonomasia para mi gusto es Achille Varzi. Piloto en las antípodas de Rosemeyer, sobrio, frío (he leído que es difícil encontrar una foto en la que sonría y es verdad, yo no he visto ninguna) y a veces hasta conservador pero excepcional en cualquier caso, destacó en su rivalidad con Nuvolari, sobre todo en un mítico GP de Mónaco de 1933 en el que intercambiaron el liderato de la prueba durante las 97 últimas vueltas de 100 y en el que finalmente se impuso Varzi. Como Rosemeyer se mató también en accidente pero en su caso tras la guerra, cuando parecía estar de nuevo en forma una vez superada su adicción a la morfina.
