UFFFFFFFFFFFFFF...
Señor SergioSchumi, no pongas estas cosas que estoy muy sensible...
Sabéis muy bien que no es por hacer "alardes", pero yo tuve la inmensa suerte de que me prepararon una
fantástica sorpersa y la 1ª vez que oí el poder y la fuerza que tiene un F1 fue despeinándome el flequillo.
Ya lo dije una vez: indescriptible.
A pesar de que de camino me llevaban "engañada", antes empecé a oír un sonido que ni yo misma me podía creer que era real, intentaba ponerme "tapones" para no sentirlo de cerca. ¡Lo quería ahí! ¡Cara a cara frente a mí!
Y cuando llegó el momento... cuando llegó el momento.... ¡sencillamente me arrasó!
A veces, cuando veo las fotos de Quico, a pie de pista, vuelvo a sentirme ahí, entre la gravilla y el asfalto, esperando "a la bestia" que te viene anunciando que se acerca. Y sientes una especie de miedo compulsivo que te hace temblar. Pasa... te deja temblando pero inmóvil... ¡éxtasis!
Y no, no se "oye". Es algo más.
Unos días después (fue en unos entrenos en Montmeló), pude decirle algo de lo que había vivido a mi amigo Juan Luis (no "nuestro Juan Luís"
), que siempre está entre aviones y propulsores
, y me respondió:
"Lo de las visceras también lo noté yo una vez y fue en un campo de tiro. Pasó un F18 a 700 km por hora disparando su cañón.
LLegué a la conclusión que taparse los oídos no vale de nada. Las visceras se mueven por el sonido que les llega y creo que esas frecuencias no se puden oir, solo SENTIR. "
¡Qué verdad!
(J.L.)
y que estoy harta de que me pregunten si estoy nerviosa porque Hamilton se ha encontrao con San Ganchao o como se llame vete a saber por dónde... Y que no quiero saber nada de todo eso!! (¿? va a ser que me estoy enfadando 
que me corresponde. 