Algunos, los que leyeráis el tópic sobre la primera quedada que hicimos allí el Chema y yo con Aubrey y Mach, ya habéis visto un poco por encima como es el karting del que os hablo pero, de todas formas, tenía ganas de compartir la experiencia con vosotros, al menos por encima, no me gustaría aburriros. Como introducción a la proposición para la quedada además puede quedar bien. Así que ahí va.
El karting decidimos hacerlo en un parking de un hotel que tenemos aquí en Lorca y que no se utilizaba prácticamente en su totalidad nunca. Lo que yo había comentado alguna vez como una broma, poner un karting allí, mi padre se lo tomó en serio y se puso a ello. Yo nunca me he metido mucho en sus negocios salvo mi pequeña parcela de administrativo en una de las empresas pero el karting era algo “mío” y cuando, por circunstancias mi padre no pudo atender las obras tuve que estar yo más pendiente. Lo hice fatal, claro. Ni tenía experiencia ni aptitudes para ello, pero no me quedó otra. Lo pasé bastante mal, la verdad.
Aquí se observa, en dos fases distintas, la nave y el encofrado para la subida y bajada que desde el principio tuve claro que el circuito tenía que tener para darle un aliciente a la pista puesto que era cerrada y además no demasiado larga. El trazado, al que sólo modifiqué las tres primeras curvas del diseño original (con intención de hacer que la primera fuera de grado decreciente, cosa que finalmente no se pudo lograr en la práctica), quedó finalmente así:
Por suerte, a pesar de que todo este lío me estaba matando, me daba algo de vida el que al ser algo que me gusta, a ratos me sentía implicado sobre todo tomando decisiones en cosas que sí me atraían más como el diseño del trazado ya citado, la decoración y los proveedores de karts, protecciones y cronometrajes. En todos estos apartados buscamos lo mejor. Una vez acabada la obra de albañilería en sí la pesadilla fue acabar todos los detalles de todo lo demás, los oficios, y sobre todo la puesta en marcha. Tuvimos grandes problemas logísticos con la línea telefónica y la luz, además de otras mil cosas que ya ni recuerdo (o no quiero recordar).
La obra acabada, ahora ya sólo quedan los detalles, los oficios y echar a andar. Aquí se me ve en el puente de acceso a pista hablando con un futuro proveedor. Agobiado como todos aquellos días.
Desde el principio tenía claro que el sitio tenía que tener un toque de automovilismo clásico, de fórmula 1, por supuesto. Y lo mejor de todo es que el decorador que contratamos apareció ya con esa idea así que a mí sólo me hizo falta corregir unas pocas cosas y cambiar alguna que otra foto para que todo fuera de mi gusto.
Ya con las fotos de mi elección para paredes y mesas (sacadas de algunos de mis libros) el sitio quedaría finalmente precioso:
Y por fin quedó acabado e inaugurado, el día 11 de marzo de 2008:
Línea de meta y parrilla en formación
La cafetería vista desde la línea de meta
Negociando la curva 2
En la curva 5 justo antes de comenzar la subida
Vista del circuito desde la curva 7 en plena subida
Entrando en la 7 cruzado como ha de hacerse al ser una curva rápida que se abre
Cruzado y sin frenar para trazar la curva 9 de descenso pronunciadísimo
Saliendo del túnel y encarando ya la curva 10 a fondo y después la importantísima 11
Los primeros meses fueron una auténtica locura, un exitazo total. Luego empezó a torcerse la cosa por cosas que no vienen al caso aquí y también, cómo no, por la crisis, el ocio ha sido uno de los sectores más perjudicados, lógicamente.
Ahora, pasado un periodo en que yo he estado bastante despegado, estoy intentando estar más encima e intentar que funcione más como a mí me gustaría y que sea razonable mantenerlo abierto. Hemos empezado a hacer varias promociones y a mejorar varias cosas además de comprar un pantalla gigante con su proyector para potenciar que la gente venga a ver la F1 allí. Y eso es más o menos todo.