Un día en las carreras - Carreras de coches
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- ogledalo
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Muchas gracias, Julián.
Como dice Franky, gracias a tí hemos estado ahí contigo.
Pero lo que no entiendo es por qué os poniais caretas negras sin agujeros para los ojos. ¡SI NO DEBIAIS DE VER NADA!
Como dice Franky, gracias a tí hemos estado ahí contigo.
Pero lo que no entiendo es por qué os poniais caretas negras sin agujeros para los ojos. ¡SI NO DEBIAIS DE VER NADA!
"... si no hubiera otra gente en este mundo."
Annelies Marie (Anna) Frank
The really great man is the man who makes everyone feel great.
Annelies Marie (Anna) Frank
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- Gaizka
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¿Para cuando el próximo? O, si más no, ¿algún proyecto en mente?F399 escribió:...Por el momento no tengo previsto asistir a más carreras en un tiempo...
Gracias a ti, pero estoy con Ogle, es una pena estropear un topic merecedor de 10 con caretas negrasF399 escribió:...Y eso es todo, amigos...
Grazie por vuestra atención.
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Gracias, Gaizka. El próximo... no sé, lo veo para largo.
En cuanto a proyectos... alguno hay, pero me cuesta mucho ponerlos en práctica y más aún decidirme a publicarlos.
Respecto a las caretas... digamos que yo no soy tan guapo como el Chema pero ¡sí mucho más "vergonzúo"! En cualquier caso, achacarlo a otra más de mis míticas manías.
Gracias again.
En cuanto a proyectos... alguno hay, pero me cuesta mucho ponerlos en práctica y más aún decidirme a publicarlos.
Respecto a las caretas... digamos que yo no soy tan guapo como el Chema pero ¡sí mucho más "vergonzúo"! En cualquier caso, achacarlo a otra más de mis míticas manías.
Gracias again.
Forza Ferrari
Mis elegidos
Comencé mi colección de maquetas de monoplazas de fórmula 1 de igual modo que comencé a aficionarme a este deporte: gracias a mi padre. Supongo que sería en 1985 cuando de uno de sus viajes a Italia me trajo un Ferrari de F1 en escala 1:24 de Burago. Desde entonces, a cada viaje a Italia (o así lo recuerdo yo), me traía una maqueta de Ferrari, más frecuentemente de coches de calle, pero luego ya de F1 a petición mía.
Cuanto mayor se fue haciendo mi afición a la F1 más monoplazas fui adquiriendo, sobre todo en los años Schumacher de Ferrari. Pronto me di cuenta de que las escalas 1:24 y 1:18 ya eran demasiado grandes para mi espacio y en mis propias visitas a Italia fui comenzando a comprar los coches en 1:43, desde entonces sólo compro en ese tamaño.
Mi primer objetivo fue tener todos y cada uno de los coches que han sido campeones del mundo con Ferrari, ya sea de pilotos o de constructores, eso sí, sin dejar de lado otros modelos que sin tener título alguno me gusten a mí especialmente o los considere importantes en la historia de la Scuderia y de la F1.
Una vez logré este objetivo consideré llegado el momento de empezar a comprar F1 que no fueran Ferrari pero que de siempre me hubieran gustado o hayan significado algo para mí o simplemente los más importantes o significativos para la historia de la fórmula 1.
Con los modelos que recibí la semana pasada creo haber completado ya una representación bastante buena de todo ello y es por esa razón que me propongo enseñárosla. Ni que decir tiene que no están todos los que son pero creo que sí que son todos los que están.
Con esto no doy acabada mi colección, claro, pretendo seguir comprado más, espero que muchos Ferrari -eso querrá decir que hemos ganado más títulos- pero también algunos monoplazas importantes que no he localizado aún (Brabhams campeones del mundo, el Lotus 72, el McLaren M23...) y algunas otras debilidades mías (el Eagle y el Lotus del 67, el Brabham extraplano del 86, algún Honda...)
Para empezar, y antes de las fotos, la tabla con todos mis modelos de F1:
Vista general de la vitrina con mis pequeños tesoros (en la parte superior los no-Ferrari):
Detalle de los no-Ferrari, casi casi ordenados en años 30, 50, 60, 70, 80-90-00:
Otra perspectiva:
Por último, dentro de la vitrina, los Ferrari:
Comencé mi colección de maquetas de monoplazas de fórmula 1 de igual modo que comencé a aficionarme a este deporte: gracias a mi padre. Supongo que sería en 1985 cuando de uno de sus viajes a Italia me trajo un Ferrari de F1 en escala 1:24 de Burago. Desde entonces, a cada viaje a Italia (o así lo recuerdo yo), me traía una maqueta de Ferrari, más frecuentemente de coches de calle, pero luego ya de F1 a petición mía.
Cuanto mayor se fue haciendo mi afición a la F1 más monoplazas fui adquiriendo, sobre todo en los años Schumacher de Ferrari. Pronto me di cuenta de que las escalas 1:24 y 1:18 ya eran demasiado grandes para mi espacio y en mis propias visitas a Italia fui comenzando a comprar los coches en 1:43, desde entonces sólo compro en ese tamaño.
Mi primer objetivo fue tener todos y cada uno de los coches que han sido campeones del mundo con Ferrari, ya sea de pilotos o de constructores, eso sí, sin dejar de lado otros modelos que sin tener título alguno me gusten a mí especialmente o los considere importantes en la historia de la Scuderia y de la F1.
Una vez logré este objetivo consideré llegado el momento de empezar a comprar F1 que no fueran Ferrari pero que de siempre me hubieran gustado o hayan significado algo para mí o simplemente los más importantes o significativos para la historia de la fórmula 1.
Con los modelos que recibí la semana pasada creo haber completado ya una representación bastante buena de todo ello y es por esa razón que me propongo enseñárosla. Ni que decir tiene que no están todos los que son pero creo que sí que son todos los que están.
Con esto no doy acabada mi colección, claro, pretendo seguir comprado más, espero que muchos Ferrari -eso querrá decir que hemos ganado más títulos- pero también algunos monoplazas importantes que no he localizado aún (Brabhams campeones del mundo, el Lotus 72, el McLaren M23...) y algunas otras debilidades mías (el Eagle y el Lotus del 67, el Brabham extraplano del 86, algún Honda...)
Para empezar, y antes de las fotos, la tabla con todos mis modelos de F1:
Vista general de la vitrina con mis pequeños tesoros (en la parte superior los no-Ferrari):
Detalle de los no-Ferrari, casi casi ordenados en años 30, 50, 60, 70, 80-90-00:
Otra perspectiva:
Por último, dentro de la vitrina, los Ferrari:
Forza Ferrari
Alfa Romeo Tipo B “P3” 3.8 1935 (1932-1935)
Para empezar mi colección de coches de F1 (sin contar los Ferrari) tenía claro que había que empezar con los monoplazas más emblemáticos de la Golden Era. Con ese nombre se conoce a la época previa a la Segunda Guerra Mundial en la que el nivel de la máxima competición del automovilismo (los Grandes Premios, aún no se llamaba Fórmula 1) había alcanzado unas cotas de competitividad y refinamiento técnico impresionantes para la juventud del deporte y para los años que corrían, los 30 del siglo XX. Los coches que marcaron aquella época fueron los Mercedes y los Auto Union. Estas dos marcas alemanas fueron las grandes dominadoras en aquel tiempo y produjeron coches realmente admirables incluso para los estándares actuales. En el altamente recomendable libro de Chris Nixon Racing the Silver Arrows, en un anexo final en el que se muestran todos los resultados de entonces, se dice que Mercedes y Auto Union rivalizaron en 47 Grandes Premios en el intervalo de la Golden Era y que alguno de ellos ganó todas aquellas carreras. Salvo una. Los protagonistas de ese milagro fueron el coche que nos ocupa y el inconmensurable Tazio Nuvolari.
Como ferrarista que soy tampoco podía dejar de tener un coche de la Scuderia Ferrari antes de que ésta empezara a hacer correr sus propios coches. En cierto modo el origen de Ferrari señala exactamente su razón de ser: un equipo de carreras antes que un constructor de vehículos deportivos. Qué mejor monoplaza para recoger todo esto que el famoso Alfa Romeo P3 que venció tan sorprendentemente en el Gran Premio de Alemania de 1935 con el número 12 en los costados (además de con el emblema del cavallino rampante) y con el gran Nuvolari al volante. En un principio buscaba simplemente cualquier Alfa de la Scuderia Ferrari de esa época pero cuando di con precisamente este monoplaza lo compré con los ojos cerrados. La reproducción es además bastante buena y no me canso de mirarlo. Me lo imagino perfectamente, con su aspecto antiguo y desfasado frente a los modernísimos Mercedes y Auto Union bailando en las ciento y pico curvas del Nurburgring camino de una victoria prodigiosa, posiblemente el Gran Premio más extraordinario y famoso de la historia.
El 28 de julio de 1935 todo estaba preparado en el Nurburgring (entre 250 y 300 mil espectadores, que se dice pronto) para una victoria de un coche alemán, probablemente un Mercedes que hasta ese momento estaba dominando las carreras de la temporada con autoridad o si no un Auto Union. Mercedes alineaba cinco coches para gente como Rudolf Caracciola, Herman Lang, Luigi Fagioli, Manfred von Brauchitsch y Hans Geier y Auto Union cuatro para Achille Varzi, Bernd Rosemeyer, Hans Stuck y Paul Pietsch. Casi nada. La Scuderia Ferrari ponía en pista tres Alfa Tipo B o, como suelen ser más conocidos, P3. Para Nuvolari tenía la especificación más moderna y potente con el motor aumentado hasta los 3.8 litros, los coches de Chiron y Dreyfus eran la versión de 3.2 litros. Aún así el coche de Nuvolari tenía 100 cv menos que las máquinas alemanas.
La salida se da con el suelo aún mojado y con un novedoso sistema de semáforos. Por entonces la posición en la parrilla se sorteaba y Nuvolari parte desde la primera fila. Pero pronto los Mercedes toman el mando con Caracciola en cabeza seguido de sus compañeros Fagioli y Von Brauchitsch, Nuvolari va cuarto con Rosemeyer detrás. En la vuelta 9 sin embargo Nuvolari acelera y marca la primera vuelta por debajo de 11 minutos de la historia del Ring (aunque es superada en la vuelta siguiente por Rosemeyer y seguirá bajando durante toda la carrera hasta 10m 32.0s por parte de Von Brauchitsch) adelantando en el proceso a los tres Mercedes para ponerse líder. Poco después llegan las paradas en boxes para repostar y mientras que los alemanes realizan las suyas sin problemas, los mecánicos de Nuvolari tienen problemas y se ve relegado a la sexta plaza. Las siguientes vueltas de Nuvolari, enrabietado, son posiblemente las mejores dadas nunca en el Ring (junto con las finales de Fangio en el 57) y ayudado por un par de paradas pendientes de algunos rivales se aúpa hasta la 2ª posición sólo por detrás de Von Brauchitsch. Éste también comenzó a tirar fuerte dejando la distancia con Nuvolari a 88 segundos. Nuvolari sin embargo tenía un as en la manga: había puesto en su Alfa unos neumáticos con una capa más gruesa de goma de la habitual y que aguantarían toda la prueba; por contra Von Brauchitsch comenzaba a tener problemas: se empezaba a ver la lona en sus neumáticos traseros. El estilo poco fino del alemán sumado a que la pista ya estaba completamente seca jugaban en su contra. El que Nuvolari no bajara el ritmo tampoco le ayudó, claro. Así, a pesar de que el jefe del equipo Mercedes (el merecidamente célebre Neubauer) le pidiera a su piloto que bajase el ritmo, Von Brauchitsch ni quería (deseaba ganar el GP de su país) ni podía (Nuvolari acechaba) hacerle caso. Aun así Nuvolari fue reduciendo la distancia hasta que al comienzo de la última vuelta sólo 35 segundos separaban a los líderes. Era una distancia imposible de enjugar hasta para Nuvolari pero finalmente los neumáticos de Von Brauchitsch cedieron y el pequeño italiano lograba su victoria más famosa. Se cuenta que, tal era la confianza alemana en la victoria, en el podio no tenían preparado más que el himno alemán. Por suerte Nuvolari también tenía solución hasta para eso: llevaba siempre consigo una copia del himno italiano. Supuestamente para que le diera suerte.
Para empezar mi colección de coches de F1 (sin contar los Ferrari) tenía claro que había que empezar con los monoplazas más emblemáticos de la Golden Era. Con ese nombre se conoce a la época previa a la Segunda Guerra Mundial en la que el nivel de la máxima competición del automovilismo (los Grandes Premios, aún no se llamaba Fórmula 1) había alcanzado unas cotas de competitividad y refinamiento técnico impresionantes para la juventud del deporte y para los años que corrían, los 30 del siglo XX. Los coches que marcaron aquella época fueron los Mercedes y los Auto Union. Estas dos marcas alemanas fueron las grandes dominadoras en aquel tiempo y produjeron coches realmente admirables incluso para los estándares actuales. En el altamente recomendable libro de Chris Nixon Racing the Silver Arrows, en un anexo final en el que se muestran todos los resultados de entonces, se dice que Mercedes y Auto Union rivalizaron en 47 Grandes Premios en el intervalo de la Golden Era y que alguno de ellos ganó todas aquellas carreras. Salvo una. Los protagonistas de ese milagro fueron el coche que nos ocupa y el inconmensurable Tazio Nuvolari.
Como ferrarista que soy tampoco podía dejar de tener un coche de la Scuderia Ferrari antes de que ésta empezara a hacer correr sus propios coches. En cierto modo el origen de Ferrari señala exactamente su razón de ser: un equipo de carreras antes que un constructor de vehículos deportivos. Qué mejor monoplaza para recoger todo esto que el famoso Alfa Romeo P3 que venció tan sorprendentemente en el Gran Premio de Alemania de 1935 con el número 12 en los costados (además de con el emblema del cavallino rampante) y con el gran Nuvolari al volante. En un principio buscaba simplemente cualquier Alfa de la Scuderia Ferrari de esa época pero cuando di con precisamente este monoplaza lo compré con los ojos cerrados. La reproducción es además bastante buena y no me canso de mirarlo. Me lo imagino perfectamente, con su aspecto antiguo y desfasado frente a los modernísimos Mercedes y Auto Union bailando en las ciento y pico curvas del Nurburgring camino de una victoria prodigiosa, posiblemente el Gran Premio más extraordinario y famoso de la historia.
El 28 de julio de 1935 todo estaba preparado en el Nurburgring (entre 250 y 300 mil espectadores, que se dice pronto) para una victoria de un coche alemán, probablemente un Mercedes que hasta ese momento estaba dominando las carreras de la temporada con autoridad o si no un Auto Union. Mercedes alineaba cinco coches para gente como Rudolf Caracciola, Herman Lang, Luigi Fagioli, Manfred von Brauchitsch y Hans Geier y Auto Union cuatro para Achille Varzi, Bernd Rosemeyer, Hans Stuck y Paul Pietsch. Casi nada. La Scuderia Ferrari ponía en pista tres Alfa Tipo B o, como suelen ser más conocidos, P3. Para Nuvolari tenía la especificación más moderna y potente con el motor aumentado hasta los 3.8 litros, los coches de Chiron y Dreyfus eran la versión de 3.2 litros. Aún así el coche de Nuvolari tenía 100 cv menos que las máquinas alemanas.
La salida se da con el suelo aún mojado y con un novedoso sistema de semáforos. Por entonces la posición en la parrilla se sorteaba y Nuvolari parte desde la primera fila. Pero pronto los Mercedes toman el mando con Caracciola en cabeza seguido de sus compañeros Fagioli y Von Brauchitsch, Nuvolari va cuarto con Rosemeyer detrás. En la vuelta 9 sin embargo Nuvolari acelera y marca la primera vuelta por debajo de 11 minutos de la historia del Ring (aunque es superada en la vuelta siguiente por Rosemeyer y seguirá bajando durante toda la carrera hasta 10m 32.0s por parte de Von Brauchitsch) adelantando en el proceso a los tres Mercedes para ponerse líder. Poco después llegan las paradas en boxes para repostar y mientras que los alemanes realizan las suyas sin problemas, los mecánicos de Nuvolari tienen problemas y se ve relegado a la sexta plaza. Las siguientes vueltas de Nuvolari, enrabietado, son posiblemente las mejores dadas nunca en el Ring (junto con las finales de Fangio en el 57) y ayudado por un par de paradas pendientes de algunos rivales se aúpa hasta la 2ª posición sólo por detrás de Von Brauchitsch. Éste también comenzó a tirar fuerte dejando la distancia con Nuvolari a 88 segundos. Nuvolari sin embargo tenía un as en la manga: había puesto en su Alfa unos neumáticos con una capa más gruesa de goma de la habitual y que aguantarían toda la prueba; por contra Von Brauchitsch comenzaba a tener problemas: se empezaba a ver la lona en sus neumáticos traseros. El estilo poco fino del alemán sumado a que la pista ya estaba completamente seca jugaban en su contra. El que Nuvolari no bajara el ritmo tampoco le ayudó, claro. Así, a pesar de que el jefe del equipo Mercedes (el merecidamente célebre Neubauer) le pidiera a su piloto que bajase el ritmo, Von Brauchitsch ni quería (deseaba ganar el GP de su país) ni podía (Nuvolari acechaba) hacerle caso. Aun así Nuvolari fue reduciendo la distancia hasta que al comienzo de la última vuelta sólo 35 segundos separaban a los líderes. Era una distancia imposible de enjugar hasta para Nuvolari pero finalmente los neumáticos de Von Brauchitsch cedieron y el pequeño italiano lograba su victoria más famosa. Se cuenta que, tal era la confianza alemana en la victoria, en el podio no tenían preparado más que el himno alemán. Por suerte Nuvolari también tenía solución hasta para eso: llevaba siempre consigo una copia del himno italiano. Supuestamente para que le diera suerte.
Forza Ferrari
Memorable historia y preciooooooooosa colección.
Como uno no se puede comprar todos, todos nos decidimos en algún momento por algún tipo de coche para ir comprando. Aunque ahora casi no compre coches de slot, hay una pauta siempre certera: el que me gusta. Te acabarás comprando, dentro de los F1 si es tu predilección, los que más te gusten sean o no ferratas, como ya has empezado a hacer, pero a lo bestia. Verás que hay más de los que pensabas . Y ya nos los enseñarás.
Como uno no se puede comprar todos, todos nos decidimos en algún momento por algún tipo de coche para ir comprando. Aunque ahora casi no compre coches de slot, hay una pauta siempre certera: el que me gusta. Te acabarás comprando, dentro de los F1 si es tu predilección, los que más te gusten sean o no ferratas, como ya has empezado a hacer, pero a lo bestia. Verás que hay más de los que pensabas . Y ya nos los enseñarás.
no corrais que es peor...
- raquel
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- Registrado: Sab Abr 16, 2005 2:29 pm
- Ubicación: "Chiches", como antes...
¡Qué gustazo, Julián!
Pena me ha dado que se terminara, porque estaba difrutando de lo lindo leyéndote y "visionando" todo lo que ibas dejando en tus sucesivos posts.
Preciosa elección y con un valor emotivo muy importante, además, has hecho en esta ocasión al comprar ese especialísimo Alfa Romeo de Nuvolari...
¡Mil gracias, Julián! Por mostrárnoslo contándonos historias "con ese arte" que tú tienes.
De verdad que he pasado un rato fantástico.
Hala, cómprate otro, y así nos cuentas más...
"Thx for racing." (J.L.)